Rufus T. Firefly. La Riviera

Si quieres describir a una banda, decir de ellos que son de Aranjuez y buena gente no sirve de gran cosa, como tampoco aporta nada mencionar que pasan de las redes sociales y de los algoritmos, y que prefieren la cercanía de su público, nada masivo, pero un público que quiere de verdad a la banda y valora y disfruta su música. Si añades que no tienen hits festivaleros sigues sin saber qué tipo de música hacen y a qué nivel. En cambio, si comentas que Rufus T. Firefly poseen una poderosa instrumentación, muy enérgica, bueno, ya puedes rascar algo. Al añadir que han publicado su octavo disco, concluyes que ya tienen trayectoria, y entonces puedes comentar que tienen un fondo psicodélico, soulero también, que la melancolía es una característica que no dudarías en atribuirles, y que quizá en Todas las cosas buenas, su último disco, sofisticado y más variado en estilos, crees notar algo más de luz y esperanza que en otros trabajos.
Víctor Cabezuelo y Julia Martín - Maestro son los rostros más visibles del grupo; dos personas que, sin conocerlas, solo observándolas, dirías que parecen majas, eso que dije antes, buena gente. Gente honesta. Datos que no dicen nada de la música que hacen, o tal vez me esté equivocando. Puede que, precisamente, esos datos sirvan para entender su trabajo y para darte cuenta de la pedazo de banda que forman.
El concierto es en abril de 2026, fecha en la que, seguro, viviremos en un mundo mejor, y en un Madrid sin tuk-tuk. Quedamos antes para unas cerves, ¿no?
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