"Los invito en esta oportunidad a adentrase en el mundo de la luz visible, la concepción del ojo, las tintas, los pigmentos, las nociones de la fluorescencia y fosforescencia, y las interacciones de la luz con los objetos. Para con ello dar lugar a un un espacio donde la percepción se torna dueña y señora de nosotros mismos."
El color influye en nuestro estado de ánimo, en nuestras emociones, habla de cómo disfrutamos de nuestro entorno y además traduce nuestras vibraciones. En el sentido más íntimo, es un nexo entre lo pasional y lo racional.
La sensación de color que experimentamos proviene de las interpretaciones que da el cerebro a las señales que recibe desde el ojo, pues el color no es más que una respuesta a un estímulo, así como un poeta escribe sobre su naturaleza o un artista plástico plasma en una tela lo que observa. El color es producto de tintes, pigmentos, excitación de gases, o hasta partículas metálicas en el aire.
Nuestra existencia se ve condicionada por aquello que nos rodea y es en gran parte la Química quien nos permite explicar que está sucediendo allí donde nuestra vista solo percibe agrado o rechazo.