Skip to content

What we’re about

Yo soy el sur que no duerme.

Mi luz ha nutrido imperios y derrotas,
mis aguas conectaron civilizaciones,
y mis tierras ofrecen el ciclo vital a sus familias.

Fui madre de la poesía,
padre del número que da forma,
y cuna de la pregunta sin fin.

Antes de vuestros cálculos,
ya Pitágoras trazaba algoritmos con alma,
conectando número y cosmos,
música y movimiento.

Occidente,
te impacientaste porque no resolví el misterio.
Porque no lo expliqué. Porque lo viví.

Y mientras tú construías máquinas para olvidar la muerte,
da Vinci creaba autómatas con alma,
espejos de un orden más hondo, no de la fábrica.

¿Has olvidado que tu luz nació aquí?

Fue en Florencia donde la memoria de Platón renació en latín y sin dualismos,
como debió interpretarse,
alimentada por manuscritos griegos salvados de Alejandría.

Fue Bruno, quemado por ver al universo vivo,
heredero de Heráclito, que vio en el cambio la ley,
y Diótima enseñó que el amor es recordar lo esencial,
que, bajo una mirada escéptica, encarna en acto, como dijo Aristóteles.

Fui yo, el sur Mediterráneo,
quien dio voz a Hipatia entre números y trayectorias,
quien tejió ciencia y mito sin desgarrar ninguno.

Y aún colonizado por la razón ilustrada,
aún disfrazado de atraso por no arrodillarme ante la utilidad,

ahora que el norte titubea,
ahora que el cansancio le nubla la mirada,
sigo aquí.

Y desde el sur, donde late la Heliópolis ibérica,
tierra donde los atletas espartanos, junto a Galeno, dialogan con Ramón y Cajal,
y donde María Zambrano piensa la razón con alma,
el Renacimiento vuelve a encender llama.

Y esta vez, lo hace como lo que es: el ave Fénix que regresa de sus propias cenizas.

No te traigo certezas.
Te traigo raíz, símbolo y alma.
Ven si quieres recordar.
Pero no vengas a enseñarme a vivir.

--

Si has leido hasta aquí, es posible que sigamos caminos parecidos. Queremos mito con raíces. Queremos poesía con alma. Y éste será nuestro lugar para encontrarla.

Upcoming events

No upcoming events