Salir de la Dependencia Emocional

Evento grabado de directo
¿Alguna vez has sentido que en una relación te has entregado tanto, que has acabado agotado/a, dolida/o… y vacía/o?

¿Has llegado al punto de no recordar quién eras antes de estar con esa persona?

Si te sientes identificada/o, quiero que sepas algo importante: no estás sola/o. Muchas personas hemos aprendido a amar tanto, que en ese camino hemos olvidado amarnos a nosotras/os mismas/o.

Y no, no es que tengamos miedo a estar solas/os…
Muchas veces lo que ocurre es que no sabemos cómo estar en pareja sin perdernos a nosotras mismas/os.

En una clase reciente, a la que se conectaron más 100 personas tanto mujeres y hombres, hicimos un ejercicio muy revelador:
Les pedí que dijeran lo primero que les venía a la mente al oír la palabra “amor”.
Las respuestas sorprendieron: miedo, sacrificio, ansiedad, engaño, dolor…

Y eso nos llevó a una reflexión muy profunda:
Tal vez el problema no sea cuánto amor damos, sino desde dónde lo damos. Cada día observo más personas que les cuesta relacionarse en pareja.

Cuando amamos desde la herida, desde la necesidad o desde el rol de cuidadora/o, dejamos de actuar como personas adultas y comenzamos a ocupar un lugar que no nos corresponde: el de madre/padre emocional.

Ahí es cuando el amor empieza a doler.
Ahí es cuando damos tanto… que nos perdemos.
Y muchas veces, el resentimiento no va hacia la otra persona, sino hacia nosotros/as mismos/as, por habernos abandonado en nombre del amor.